El 20 de octubre de 1965, a seis meses de iniciada la Revolución de Abril en reclamo del regreso al orden constitucional roto con el derrocamiento del presidente Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963, el capitán Donald Pickett desembarcaba 17 tanques de guerra en la playa de Manresa (Red Beach para los soldados), a petición del comandante de la Fuerza Interamericana de Paz, el general brasileño Hugo Panasco Alvim, para demostrar poderío ante los rebeldes de Santo Domingo, liderados por Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Pickett, hoy retirado con el rango de coronel, habló por primera vez a un medio dominicano sobre su experiencia como comandante de la Compañia C, 4to. batallón, división 68ª de blindados procedente desde Fuerte Stewart, Georgia, junto a 110 oficiales y alistados, que él mismo seleccionó para la misión en nuestro país, que se extendió por diez meses.
“El 26 de octubre de 1965 llegamos y nos unimos a la 82ª aerotransportada y entramos hacia la ciudad de Santo Domingo y recorrimos la Ciudad. Durante ese tiempo con la fuerza de choque de los grandes tanques rodando por la ciudad, los insurgentes no mostraron oposición. No hallamos resistencia. No tuvimos que disparar”. Dijo el coronel Pickett relatando el impacto de los blindados M-48 de 50 toneladas que hacían rugir sus motores de 850 caballos de fuerza, en calles por las que apenas cabían, respaldando a 2,000 soldados del Ejército de Estados Unidos, cumpliendo la misión ordenada por la Organización de Estados Americanos para detener lo que se denominó como un intento de implantación de un régimen comunista en República Dominicana.
Informes de prensa sobre la operación indicaron que solo hubo algunos disparos esporádicos de origen indeterminado y que no fueron respondidos, tras lo cual las tropas de ocupación pudieron pasar su primera noche en la zona de los rebeldes.
El campamento de los tanques fue establecido en los terrenos de la vivienda de Virgilio Álvarez Pina, ex colaborador de Rafael Leonidas Trujillo, donde actualmente está el club Miramar. La vegetación de palmeras y cocoteros proporcionó la sombra necesaria para que el candente sol no convirtiera los tanques en hornos para los soldados encargados de su mantenimiento. “Teníamos 17 tanques en la compañía, divididos en tres pelotones de 5 tanques cada uno y había dos tanques de comando”, relata en sus declaraciones a Alonzo.Press.
El coronel retirado Pickett, residente en Tallahassee (Florida, EEUU), dijo sentirse satisfecho por la labor desempañada por las tropas norteamericanas en el país y por haber formado parte de la Fuerza Interamericana de Paz. Dijo que sus soldados fueron recibidos con muestras de simpatía por los dominicanos y confirmó haber escuchado el rumor de que para 1965 el guerrillero Ernesto (Che) Guevara estaba en República Dominicana.
También habló de su experiencia bélica por la cual recibió varias condecoraciones. “La primera misión en la que estuve fue en Vietnam en 1961. Los tanques fueron enviados desde Fort Bragg y luego fueron enviados a Europa durante la crisis de Berlín y yo estuve ahí. Después de un año en Alemania elegí voluntariamente ir a Vietnam. Así que tengo experiencia obtenida durante la crisis en Berlín. Ahí estuvimos haciendo prácticas en preparación de tanques para operar ante cualquier tipo de invasión de los rusos. Después de Republica Dominicana fui reasignado a Vietnam, donde estuve hasta 1969. Estuve ahí durante un año en labores de inteligencia y después de un año retorné a Estados Unidos para otras asignaciones”.
Pickett respaldó su relato con su propio archivo fotográfico, donde se registran las actividades del batallón en acción y en tiempos de ocio.