El espacio público más caro e inútil de Santo Domingo

Publicado el 7 diciembre, 2019 » 3900 Vistas»

El 29 de marzo de 1999 los habitantes del Distrito Nacional y visitantes desde el interior se lanzaron a conocer el Bulevar de la 27 de Febrero. Costó RD$68 millones durante el primer gobierno de Leonel Fernández.

Hoy en día el Bulevar es un gran depósito de basura no solo de peatones, sinó también de negocios de comida rápida que la tiran ahí en grandes cantidades. El hedor a orina marca el territorio de los consumidores de drogas, mendigos y buscavidas que usan este espacio a diario.

Aunque el Bulevar era para el gobierno de Fernández como las ramblas de Barcelona, este no le devolvió su esplendor cuando fue reelecto dos veces más, durante períodos en los que tuvo como obra urbana más emblemática el Metro de Santo Domingo.

En esa época cada dólar costaba RD$16.18, por lo cual su costo en dólares hubiese sido US$ 4.2 millones, que al cambio de diciembre del 2019 sería el equivalente a RD$ 223.3 millones.

Como si se tratara de un lugar marcado por la desgracia, además del abandono y el galardón de ser el espacio urbano más caro e inútil de Santo Domingo, su gran reloj construido por José Ignacio Morales (El Artístico), maestro herrero de La Romana, se mantiene sin dar las horas y cada día viendo como la herrumbe le roba instantes de vida y le conduce poco a poco hacia convertirse en calamidad pública o en chatarra. Hasta el intento por grabarlo de cerca puede resultar en desgracia, si tomamos como advertencia lo que sucedió con el dron de Abismael Villafaña, durante nuestro reporte.

El graffiti o el óxido se han apoderado de las obras de arte que un día colocaron allí Joaquín Ciprian, Soucy de Pellerano, Said Musa, Bismarck Victoria, Jonnny Bonnelly, Luichy Martínez Richiez y José Ramón Rotellini.

Es una explanada que en principio se concibió como museo al aire libre, paseo de la cultura con varias librerías, espacio para presentaciones artísticas y dos pantallas gigantes para televisión abierta o circuito cerrado, en sus extremos de las avenidas Abraham Lincoln y Winston Churchill.

Fernández lo inauguró junto a su ministro de Obras Públicas, Diandino Peña y al alcalde de entonces Johnny Ventura, quien ahora aspira de nuevo a serlo postulado por el partido que Fernández habilitó para capitalizar el apoyo recibido tras su renuncia al PLD. Mientras duró la “fiebre” o simpatía de los capitaleños hacia el Bulevar era cada noche un gran punto de encuentro, donde se tomaban tragos, se compartía con amigos y era tanta la gente que iba que se pusieron semáforos peatonales operados por edecanas para que permitieran el paso de los visitantes.

Datos curiosos:

En la construcción del túnel debajo del bulevar se emplearon por primera vez las excavadoras con martillo hidráulico, a las cuales llamaron (comesolas).

La tierra extraída para construir el túnel debajo del bulevar fue depositada por la constructora Malespín en dos lugares: Hato Nuevo de Manoguayabo y en un solar de la intersección de la autopista Duarte con prolongación 27 de Febrero.

El túnel de desagüe que se hizo para la obra evitó que esta se convirtiera en un lago durante el huracán Georges de 1998.

Sobre el autor

Periodista de investigación especializado en medios digitales, con experiencia en televisión, radio y prensa escrita.
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